Cada vez es más frecuente que escuchemos cosas como: ‘La quiebra del sistema capitalista es imparable’; ‘la unión monetaria va hacia un colapso’; ‘EEUU suspenderá pagos’; ‘La banca mundial pese al rescate está en quiebra’, etc. A las personas de la calle, con pocos conocimientos en economía, nos cuesta entender el sistema financiero mundial, máxime un posible derrumbe del mismo.
Nos gustaría comprender que está pasando, el porqué de ese derrumbe no deseado que nos inquieta y asusta, como y cuando se producirá, cuáles serán las consecuencias para la humanidad, qué pasará el día que se derrumbe el capitalismo por completo, el día que los países más ricos suspendan los pagos, ¿será un Crac como en 1929?, ¿la moneda se devaluará hasta perder su valor…?.
Son muchas las preguntas, y nada claras las respuestas, que nos llevan a pensar en una quiebra de los bancos, en el colapso de los estados o, lo que es lo mismo, en un desastre financiero mundial.
¿Cómo afectará esta situación financiera al común de los mortales?, ¿habrá posibilidad de vivir dignamente?
Sin querer ser catastrofistas, nos imaginamos escenarios similares o incluso peores que la crisis de diciembre de 2001 en Argentina –Corralito–, los altercados de París en 2006, el México de Felipe Calderón o el Londres actual, todos ellos han dejado un reguero de violencia y caos.
Llevando más allá la imaginación, ¿por qué no pensar en una hambruna masiva de la población? no es algo que se nos antoje extraño o descabellado, dado que cada vez, con mayor frecuencia, los medios de comunicación se hacen eco de ello, aunque queramos ignorarlo mirando hacia otro lado, como si esto solo fuera patrimonio de los excluidos y los parias del mundo.
Según los cálculos de la ONU, una inversión anual de 195.000 millones de dólares sería suficiente para reducir a la mitad la pobreza del mundo en 2015. Esta cantidad tan sólo representa el 0,54% del PIB de los países donantes. Se podría acabar con la pobreza si se detuviera la evasión fiscal y las personas ricas, empresas internacionales y demás que utilizan los paraísos fiscales para ocultar su dinero, no lo hicieran.
El Banco Mundial cifra la evasión de capitales en Paraísos fiscales en 8 billones de euros.
Tan sólo es necesario, como comenta el coordinador de Naciones Unidas en España, voluntad política por parte de los países.
¿Qué ocurrirá con el sistema monetario mundial? El académico e investigador, Immanuel Wallerstein, de la Universidad de Yale, considera que “el dólar ha entrado en un proceso grave e irreversible de pérdida de valor como moneda de reserva mundial, estima que el desenlace ocurrirá dentro de dos o tres años, con resultados caóticos para el sistema mundial porque “no habrá una moneda de reserva internacional” y tampoco existen condiciones para que otra moneda pueda ocupar ese rol. Entonces con el fin del dólar como reserva mundial “van a existir cinco, seis o siete monedas importantes, una situación caótica porque habrá fluctuaciones enormes continuas”.
Con la quiebra del sistema, el mundo se sumergirá inicialmente en un caos: revueltas, pillaje, saqueos, violencia, asesinatos, suicidios, etc., no existiendo un sistema de reemplazo inmediato al neoliberalismo, en ésta situación, en éste escenario descontrolado y no deseable, el amparo del dinero y la protección de las grandes ciudades no será garantía, la solución más inmediata nos vendrá del trueque y de los pueblos rurales que llevan siglos practicando la economía de subsistencia, donde se garantiza lo esencial, ‘el sustento alimentario ‘.
Cada vez son más las voces que se alzan y coinciden en que este sistema no tiene solución posible, expertos, pensadores, economistas, filósofos de todo el mundo, llegan a un mismo diagnóstico y apuntan como fecha aproximada del desenlace entre 2012 y 2025.
Para aquellos que puedan pensar que es una conspiración más o, quizás, fruto de la ciencia ficción política, sirva como ejemplo de la problemática mundial, que ya estamos comenzando a padecer, la sobreexplotación de los recursos naturales, que son limitados, el cenit del petróleo, la superpoblación, las hambrunas, pero fundamentalmente el fracaso de un sistema económico deshumano que es incapaz de dar respuesta a las necesidades del planeta, y que sin embargo sigue engordando las cuentas bancarias de un 5% de la población. Todo esto viene originado por la inflación mundial derivada de la especulación financiera del capitalismo, con una deuda mundial imposible de pagar. Estas circunstancias seguirán imperando mientras no exista un reparto mundial equitativo y una administración ética de los recursos.
La deuda de Estados Unidos asciende a 114,5 billones de dólares.
Lo que nos preguntamos es ¿qué hará esta oligarquía financiera cuando su dinero ya no tenga valor?
Como diría el economista británico John Maynard Keynes, “En vez de utilizar sus recursos técnicos y materiales, que habían experimentado un incremento extraordinario, para construir una ciudad maravillosa, los hombres del siglo XIX construyeron suburbios deprimentes […] [que] según los criterios de la empresa privada eran ‘rentables’, mientras que la ciudad maravillosa, pensaban, habría sido una extravagancia que, en la estúpida jerga de la moda financiera, habría ‘hipotecado el futuro’… La misma regla de cálculo económico autodestructivo gobierna todos los ámbitos de la vida. Destruimos la belleza del paisaje porque los esplendores de la naturaleza, de los que nadie se ha apropiado, carecen de valor económico. Seríamos capaces de apagar el sol y las estrellas porque no dan dividendos“.
Desde la rebelión de Espartaco entre los años 73 a 71 a.c., la Revolución Inglesa de 1640-60, La Comuna de París de 1871, las transformaciones democráticas y antiimperialistas de América Latina (…) hasta llegar al 15 de Mayo de 2011, se ha venido repitiendo el mismo escenario, un poder egocéntrico y un pueblo pisoteado que va adquiriendo conciencia paulatinamente, agrupándose y, de forma natural, estallando para frenar las injusticias y los abusos del poder.
Esto es lo que está ocurrido en nuestro días, lo que el poder creía que era una simple rabieta de unos cuantos, se ha convertido en un conflicto social y colectivo, en una lucha abierta contra el poder, demostrando una tremenda capacidad organizativa y participativa en busca de un mismo fin y bien común que ha sido copiado por los países vecinos dando lugar a que los indignados se cuenten por miles, en contra de lo que piensan quienes ostentan el poder, esta generación está preparada y formada, nos encontramos en un momento histórico donde el sistema capitalista está al borde de su propio suicidio, por su insaciable codicia.
Como apunta el profesor David Harvey, de la Universidad de Nueva York, en su artículo “El capitalismo salvaje asola las calles”: “Sin embargo, hay destellos distintos de esperanza y luz en todo el mundo. Los movimientos de indignados en España y Grecia, los impulsos revolucionarios en América Latina, los movimientos campesinos en Asia, están empezando a adivinar que tras la gran estafa un capitalismo depredador y salvaje mundial se ha desatado sobre el mundo. ¿Qué se necesita para que el resto de nosotros vea y actúe en consecuencia? ¿Cómo podemos empezar de nuevo? ¿Qué dirección debemos tomar? Las respuestas no son fáciles. Pero una cosa sabemos con certeza: sólo podremos llegar a las respuestas correctas haciendo las preguntas correctas. “
Analizando la situación económica y rizando el rizo, ¿qué ocurriría si el capitalismo se viera acorralado? Podría recurrir a mayores recortes salariales, incluso a la cancelación de las pensiones y las ayudas de todo tipo, precipitando, en mayor medida, el derrumbe del sistema, provocando la ruptura del estado de bienestar y llevando a la población, como ya apuntábamos, a una situación de pobreza masiva ¿Cómo reaccionaría entonces? Sin duda, instaurando una dictadura con todo lo que eso significa: pérdida de derechos fundamentales; derecho de asociación y reunión; manifestación; derecho a la comunicación e información, censura; cancelación de páginas web; redes sociales en internet, etc., en resumen todo aquello que pueda poner en peligro la seguridad del nuevo régimen dictatorial.
Esta hipótesis que podemos pensar exagerada y poco probable, propia de un mundo irracional y surrealista, quizás no lo sea tanto si analizamos cuantos de nuestros derechos básicos han sido ya cercenados y cuantas leyes aprobadas en ese mismo sentido, no olvidemos los recortes anunciados en educación y seguridad social, entre otros, que una vez pasado el 20-N, serán llevados a cabo de forma masiva. (Pacto del Euro…etc.)
Pero quizá exista una alternativa o alternativas posibles a este desastre, a este tsunami que a su paso arrasa destruyendo y matando, hablamos de ’La Comuna de Mayo – El mayo de 2011’, una gran oportunidad que surge fruto de la experiencia acumulada por la humanidad, basada en la solidaridad, la equidad, la ética, la cooperación, la colectividad, la autogestión, la comuna popular…, es decir, todo lo contrario al capitalismo. No surge para dar únicamente respuesta al sistema sino también soluciones, ya que, ante lo evidente de la situación, la gente ha comenzado a tomar conciencia y a articularse en otros modelos, más solidarios, éticos y participativos, que apuestan por el trabajo cooperativo y de participación ciudadana, sistemas comunitarios o comunales, espacios reducidos pero ínter-conectados que den respuesta a las necesidades más básicas e inmediatas como son: la alimentación, la vivienda, la salud, la energía, la educación….
La Comuna de Mayo es el homenaje, a los procesos revolucionarios, a las experiencias pasadas, es un modelo a seguir, articulando un cambio radical, donde el orden natural sea la participación y cooperación y no el consumo y despilfarro, donde se resalte el triunfo de la comunidad y no del individuo donde se sustituya la explotación de unos pocos sobre la mayoría, por la igualdad de todos.
Queremos hacer expresa mención a estas palabras del economista francés Michel Husson, “sólo las movilizaciones sociales pueden impedir que el capitalismo intente salir de este impasse profundizando todavía más la regresión social y forzando hasta el extremo las tensiones entre países. Pero es necesario que estas movilizaciones se apoyen en perspectivas alternativas. Como éstas implican un grado elevado de enfrentamiento, la tarea histórica hoy día es realizar la unidad de las fuerzas de la izquierda radical en torno a un programa que tienda un puente entre la resistencia a la austeridad y objetivos de ruptura con la lógica de un sistema a la deriva”.
Cada vez más gente empieza a darse cuenta y tomar conciencia del problema, gracias a la labor de los movimientos del 15M y, a todo su entorno autogestionario y asambleario, a la izquierda anticapitalista y transformadora, conciencia que tendremos la obligación de articular, ya que se convertirá en la única alternativa posible si no queremos caer en un escenario de caos, del “sálvese quien pueda” o de “la ley del más fuerte”, como en un western del cine yanqui. LA COMUNA DE MAYO, se convertirá en la única alternativa posible y, tal vez, en un modelo a seguir.