Fernando Casares | Para Kaos en la Red | 6-7-2011
El 25 de Junio partió de un puerto de la isla de Córcega un pequeño yate francés, solitario, humilde… pero con una voluntad e inteligencia notable. Fue el primero de la Flotilla.
El yate, llamado Dignité Al Karama (Dignidad) y con 19 metros de eslora apenas lleva a una decena de activistas franceses, entre los que se encuentra el conocido político del Partido Anticapitalista, Olivier Besancenot, y una eurodiputada. Tienen como destino la Franja de Gaza y son parte de la Coalición Internacional de la Flotilla de la Libertad II.
El mismo se dirigía a aguas internacionales para encontrarse con el resto de la Flotilla y su hermano francés, el Louis Michel, atracado en el Pireo, Grecia. Pero debido a diferentes circunstancias, entre sabotajes y presiones, tuvo que entrar en aguas griegas y dirigirse a un puerto cercano al Pireo con total sigilo (y con ayuda de la delegación griega). Pasó totalmente desapercibido al no registrarse como parte de la Flotilla de la Libertad.
Lamentablemente el decreto del gobierno griego que ya todos conocemos ha impedido al resto de la Flotilla poder zarpar de los puertos griegos en los que se encontraban. Todos, excepto el pequeño y humilde Dignité, que sin levantar sospechas volvió a la mar hasta salirse de aguas griegas en dirección a Gaza.
Hace pocos minutos dos activistas, Nabil y Oussama, a bordo del Dignité nos enviaban el siguiente mensaje:
«Estamos bien!. Nos dirijimos hacia Gaza. Necesitamos vuestro apoyo, no aflojar sobre todo en la presión. ¡Hasta pronto!»
Pero el Dignidad no solo tuvo suerte. Los compañeros franceses sabían perfectamente que desde hace más de 1 año el gobierno de Grecia es íntimo colaborador del Estado de Israel, justamente después de que Turquía rompiese relaciones con Israel por el ataque al Mavi Marmara (relaciones que ahora parecen querer reiniciarse nuevamente y casualmente el Mavi Marmara decidió no formar parte de la nueva Flotilla).
En este contexto, el Dignité decidió partir de Córcega, bastión soberanista e independentista del Estado Francés. Sin duda su elección ha sido estratégica y geopoliticamente inteligente, audaz y humilde.
Merece todo nuestro apoyo y nuestro aplauso. No dejemos solo al Dignité.