Pedro Larré (Diagonal Redacción Las Palmas) Sábado 21 de mayo de 2011.
La plaza de San Telmo en Las Palmas de Gran Canaria está empezando a ser literalmente tomada por la población civil. Ya son decenas las personas que se quedan a pasar las noches, y muchas más las que acuden a las concentraciones y asambleas. Cada día que pasa se suma más gente, vecinas y vecinos indignadas, tanto para acampar como concentrarse y protestar, o simplemente para ayudar solidariamente con todo tipo de aportaciones.
- Acampada Las Palmas.
La capacidad de autogestión de las ciudadanas y ciudadanos congregadas bajo la misma indignación propicia que actualmente ya se estén celebrando asambleas a las que asisten más de 300 personas, y en las que, a pesar de las muchas dificultades existentes, se autoorganizan para dirimir todas las cuestiones políticas, comunicativas y jurídicas y para ir solucionando todos los problemas de la vida cotidiana de la gente. Es muy digno de destacar que, a pesar de la presencia de tanta gente, y sus diferentes condiciones sociales, raciales o de edad y sexo, casi todos los acuerdos se toman por un consenso prácticamente total.
En dichas asambleas se refrendan los acuerdos y propuestas de las comisiones surgidas para realizar el trabajo constante (ya hay comisiones de prensa, política e ideología, organización, infraestructuras, etc. y se prepara otra para ocuparse de las cuestiones jurídicas), se acuerdan actos a celebrar en los días siguientes, o incluso se debate largamente acerca de todo tipo de cuestiones políticas: sentido de diferentes tipos de voto, por ejemplo, o cómo responder a un hipotético intento de desalojo . Y efectivamente, se consensuan manifiestos ideológicos, o posicionamientos comunes ante los grandes medios de comunicación.
En este sentido, se acordó que en las ruedas de prensa se lean manifiestos y se contesta a todas las preguntas relativas a lo expuesto, así como cuestiones relacionadas con las convocatorias, organización interna o cualquier otra cuestión, pero nunca acerca de cuestiones personales como la intención de voto, intentando contrarrestar la influencia y manipulación constantes de los grandes medios de comunicación que tratan de dividirnos.
La ciudadanía se está autoorganizando para crear, imprimir y pegar carteles, repartir octavillas, colocar pancartas, preparar actuaciones y acudir a centros educativos para informar de la presencia de esta acampada.
El ambiente está muy politizado. Se leen lemas por todas partes referentes al Mayo del 68, a la unidad del pueblo, a la expresión del descontento político y social, a las opciones libertarias de autogestión, pero también se pueden leer lemas profundamente vitales y lúdicos como una pintada que dice ’’si follar cada cuatro años no es tener vida sexual, votar cada cuatro años no es democracia’’, u otra que dice: ’’Yo estoy vivo, y tú?’’. También en las asambleas y reuniones de trabajo se escuchan desde canciones reivindicativas a testimonios de personas mayores, familiares de represaliados en las luchas anteriores al franquismo.
Todas las jornadas transcurren con absoluta normalidad, en un ambiente muy solidario, pacífico y creativo. De forma permanente se forman corrillos donde se habla y discute, y de donde constantemente surgen todo tipo de cuestiones que posteriormente se trasladan a las asambleas. Hoy viernes se ha realizado una sonora ’cacerolada’ por la céntrica calle Triana, la cual ha congregado a más de 5.000 personas, que en este momento permanecen concentrados en la plaza, participando en eventos tanto reivindicativos como festivos. Está previsto que esta noche pernocten cientos de personas, pues han anunciado su presencia numerosos colectivos de estudiantes de diversos centros educativos.
- Cacelorada en Las Palmas.
Mañana sábado se guardarán cinco minutos de silencio, en señal de duelo por la muerte de la democracia, y se están preparando actividades infantiles, con el fin de integrar al mayor número posible de ciudadanía.
Todos los actos y llamamientos que se realizan cada vez tienen más repercusión, y es muchísima la gente que está apoyando esta iniciativa popular autogestionada de reivindicación y expresión de la rabia. La gente trae dinero, utensilios de todo tipo como vajilla o mantas, sacos y alfombras o megáfonos y motores generadores de electricidad, y grandes cantidades de comida cocinada.
Los acontecimientos discurren en un ambiente de alegría, fratenidad y colectividad, se habla abiertamente de que este movimiento tiene que durar al menos hasta las próximas elecciones generales, y todo prefigura que se va a producir un profundo cambio político y social en este país.