Quiero que gastes mucho para que ames a tu familia

Llega la navidad, y llega el consumo masivo y desbocado, como máxima expresión de la felicidad y de las relaciones sociales que dicen fraternales y amistosas. Tanto tienes, tanto vales. Ahora más que nunca se pone de manifiesto dicha máxima.

Yo, que soy curioso por naturaleza, he querido asomarme al balcón a ver cómo pasa la vida estos días, y me he llevado una trágica y desgradable sorpresa. Seguro estoy que no por ello les estoy descubriendo nada nuevo. Es más, seguro que ustedes también lo han visto.

Simplemente que anoche la vi pasar. Caminaba despacio, parecía aletargada, como si ya estuviese dormida. Sin ritmo, sin gracia, sin transmitir nada. Era la vida, la vida en navidad.

Pude incluso escuchar el terrible vaivén de su respirar; ahogada entre susurros. Buscaba y no encontraba aire puro. Era la vida, la vida en moribundo.

También lloraba, lloraba amargamente. ¿Dónde está el alma de mis hijos? Preguntó. ¿Por qué a nadie le preocupa mi decadencia? Era la vida, la vida sin presencia.

La noté hundida, hundida en la miseria, rota por el dolor. Quiso ponerle precio a su dignidad, después no tuvo para pagarlo. Era la vida, la vida en consumista.

Finalmente cayó. Su frágil cuerpo, no pudo soportar más el peso de su sufrimiento. Cayó redonda al suelo y calló para siempre. Era la vida, la vida que se pierde.

Ya está muerta la vida. La hemos matado entre todos.

Muerta por la imagen, por los estereotipos, por las apariencias, por el consumismo. Muerta con la anulación del ser por el tener. Un suicidio.

Era la vida, la vida que un día vivimos tal vez sólo en sueños. O Tal vez ni eso: tal vez ya nacemos muertos. Tal vez la navidad actual no es más que el reflejo de nuestro entierro.

¿Queda alguién vivo?

Pedro Antonio Honrubia Hurtado en Kaos en la Red
¡Feliz falsedad a todos/as los/as lectores/as de El pobrecito hablador!

Que tengas el mejor día, que rías

que todos vean lo que antes no veían

que la navidad sea todos los días

pá que naide muera de farta de comia

El pobrecito hablador